miércoles, 12 de octubre de 2011

PLINIO APULEYO MENDOZA: ENTRE DOS AGUAS.


Co-autor del “Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano”, luego de ocho años de silencio literario, vuelve con una novela sorprendente, según la crítica.

Estudió Ciencia Política en el Institut des Sciences Politiques de París. Ha sido embajador de Colombia en Ecuador e Italia. Autor del libro “El Olor de la Guayaba” (Conversaciones con Gabriel García Márquez). Premio de Novela Plaza y Janés con “El Desertor: años de fuga”. Co-autor de los libros “Manual del Perfecto idiota Latinoamericano” y “Fabricantes de Miseria”. Ensayista y colaborador de las páginas editoriales del diario El Tiempo de Colombia.

En Mayo pasado, tuve la dicha de conocer personalmente a uno de los pensadores políticos a mi juicio más sólidos y respetables de nuestra América Latina. Buena parte de sus casi 80 años de edad los ha dedicado al periodismo y a la literatura, que han sido el leit motiv de muchas otras actividades que le ha tocado desempeñar, siempre buscando aportar progreso y sensatez a su Colombia natal.

La tarde prevista para la presentación de la edición colombiana de mi novela “Días de Rojo”, _en el marco de la Feria Internacional del libro en Bogotá_ la agenda marcaba previamente una sesión de firma de libros con Don Plinio, como llaman en su patria a quien le saben la forma de pensar al dedillo gracias a incontables ensayos, crónicas, análisis y editoriales difundidos por años en distintos medios de comunicación.

Allí estaba, sentado en el stand de la editorial (Ediciones B), a merced de los cientos de visitantes que cada tarde acudían al complejo ferial. No vacilé un segundo. Compré su nueva novela “Entre dos Aguas”, me presenté y le pedí que la firmara. Lo hizo gustoso; afable y muy interesado inició una conversación interrogándome sobre el ir y venir de la política reciente en Venezuela. “tengo que ir pronto”; me dijo. “Estamos trabajando en un proyecto editorial con varios colegas allá”.

Sus opiniones acerca de la política venezolana, han sido hasta ahora tan agudas y polémicas como casi toda su obra; no puede ser de otra manera, porque así es él mismo; muy afable y dado a la conversación.

Le acompañé buena parte de su jornada de firma de libros. Entre cada firma y una que otra foto, conversamos acerca de la realidad política de nuestros países. “Cuénteme _decía_ Venezuela me interesa mucho”. Estar allí compartiendo una tarde de libros, un tinto y conversando animadamente con un hombre de un denso equipaje de ideas, me parecía sinceramente fascinante.

- ¿Qué pasó con Don Plinio esos ocho años que demoró en entregarnos su más reciente novela?

- En esos ocho años publiqué un libro de textos breves titulado “Ráfagas de tiempo” y, conjuntamente con mis amigos Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa obras de ensayos políticos como “Fabricantes de miseria” y “El regreso del idiota”.

- ¿Cómo se respira políticamente Colombia en este momento?

- Mal, porque a pesar de los exitosos programas económicos del presidente Juan Manuel Santos, ha hecho su reaparición la inseguridad y han estallado casos de corrupción muy estridentes.

- ¿Quiénes diría Usted son los grandes hombres de la historia política reciente para nuestra región?

- Me resulta difícil contestar la pregunta cuando alude a grandes hombres. Si me limitara a Colombia mencionaría a un líder excepcional como fue, al frente de ocho años de gobierno, Álvaro Uribe Vélez.

- ¿Cuánto tiempo puede sostenerse una organización guerrillera sin sus líderes fundamentales?

- Ha perdido, es cierto, los más importantes. Queda aún “Alfonso Cano”. Pero no olvidemos que su gran sustento financiero ha sido el narcotráfico

- ¿Qué le ha faltado a la democracia que varios líderes de la región han ido a buscar en una mal interpretada izquierda, y peor aún, que muchos ciudadanos han comprado como alternativa con su voto?

- La inquietante realidad en nuestro continente es el visible divorcio entre la sociedad civil y un mundo político que no la representa debidamente. En muchos países nuestros “político” es una mala palabra. Los partidos tradicionales han perdido crédito. El producto de esa crisis es la aparición del caudillo que logra atraer los estratos más bajos con lo que yo llamo un populismo asistencial.

- ¿Cómo se explica la polarización Humala-Fujimori después de la experiencia de los 90 y el advenimiento del nuevo milenio?

- Se debe al fenómeno que anteriormente he anotado. La clase media, sustento de una opinión pública en nuestros países, al dividirse en varios candidatos como ocurrió en el Perú, le abrió paso a un populismo sustentado en los sectores marginales.

- ¿Cuándo dejará de ser un perfecto idiota el latinoamericano?

- Cuando abandone las ideas que sustentamos en el libro de ese nombre. Eso exige un combate muy activo por parte de quienes, ajenos a los rezagos marxistas de una ideología de izquierda que ha logrado mucha penetración en el ámbito universitario, logren imponer un pensamiento liberal capaz de abrir una real vía hacia el desarrollo apoyada en la libertad política y económica.

- Además de los más de dos mil kilómetros de frontera: ¿qué separa y qué une a los pueblos de Venezuela y Colombia?

- Nos une el pasado, una historia con muchos rasgos comunes e intereses económicos compartidos. La figura de pueblos hermanos no es un simple alarde retórico. Expresa una realidad. Nos pueden separar las desviaciones políticas, como la que hoy sufre Venezuela, aunque ellas fortalecen de otro lado los lazos entre quienes defendemos los valores de la libertad y la democracia.

La Lavaud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario